viernes, 10 de noviembre de 2017

Tomando un café




Como todos sabemos, los seres humanos tienen alma de rebaño. Para un gato tal característica es una prueba más de su atraso evolutivo y su carencia de inteligencia real. No nos sorprenden, por tanto, sucesos como el que acaba de suceder al tipo ese de gafas, que dice ser mi amo.

 Mi supuesto amo es un adicto a ese brebaje vegetal y sospechosamente oscuro, el café, le llaman, que estimula a la mayoría de humanos, pero al mío ni siquiera le levanta una ceja de tan acostumbrado que tiene el cuerpo.

 Así que se encontraba en una terraza de su pueblo, mientras tomaba su café de mediodía, el primero de la larga saga diaria. Ya ha empezado a llover por estas tierras en plan diluviano, pero siguen las terrazas en la calle, al amparo de toldos, mientras la temperatura todavía aguante y el otoño se haga el discreto. 

Dos mujeres con carritos de la compra discutían en la mesa de al lado sobre lo impresentable que es Pedro Sánchez por decir que Galicia es una mierda, donde solo llueve y abunda la droga. Pues había llegado a sus móviles un enlace con tales declaraciones.

 El tipo que dice ser mi amo se percató, al momento, de que estaban comentando una noticia de El Mundo Today de hace meses como si fuera cierta. Como es un pedante,  no pudo contenerse y metió baza en su conversación, diciendo que esa noticia era de una web de humor, un chiste nada más, que la miren y se darán cuenta.

 Como era de prever, le respondieron con miradas de furias desatadas, clamando que de noticia coñera nada de nada, rapaz, que vas de listo con gafas, que la noticia la enlazaba un sitio tan de fiar como El Economista.

Mi supuesto amo se calló y siguió leyendo el periódico... total, para qué molestarse con la postverdad, que luego te miran raro en el pueblo.