miércoles, 25 de marzo de 2020

La trilogía de la Primera Ley


  En estos tiempos de virus que me han obligado a soportar a mi humano todo el día en casa, cual presencia insufrible, no hay nada para desahogarse del encierro que una buena saga de fantasía. Además, si está teñida de mala leche, mucho mejor. Por tal motivo me he leído la trilogía de Joe Abercrombie, maestro de la fantasía en su vertiente grim-dark (fantasía con muy mala leche).

 La trilogía consta de La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes. En estas obras se nos muestra un mundo muy similar a la Europa renacentista, sin magia (en principio) y con los típicos reinos en guerra. Habitado por una serie de personajes que son verdaderos antihéroes de los clásicos arquetipos de la fantasía: el mago, el caballero, el bárbaro y varios villanos en lucha continua. No hay ningún personaje salvable: son egoístas, vanidosos, resentidos y, la mayoría, bastante tontos. Aunque, para mérito del autor, más de uno acabe cayendo simpático, porque acabas comprendiendo sus acciones. Desde luego, estoy hablando como gato, ya que más de un humano levantaría una ceja. 
 Abercrombie tuerce y mezcla sus historias formando un engranaje perfecto donde, poco a poco, todo encuentra una explicación, entre continuas sorpresas y más de una traición, matanza y tortura. Es una trilogía dura, sin miramientos y no oculta la crueldad de unos tiempos oscuros. Un grim-dark  modélico con cuchillos sangrientos brillando en las esquinas y tenazas arrancando dientes en oscuras mazmorras.
Ayuda mucho que Abercrombie es un maestro de la narración y del diálogo. Dos partes de cualquier historia fantástica que son difíciles de emparejar. Pero su pluma no tiene problema de fluidez, notándose una clara mejoría a lo largo de los volúmenes hasta el tercero, que es el mejor y culmina la trilogía con un largo y logrado final.

 La única pega, en mi felina opinión, es la compartida con muchos autores de fantasia: los personajes femeninos, que no están bien perfilados y son meros secundarios de relleno, solo se pueden salvar dos, Ferro y Vitari, que más bien son hombres con tetas. 

 El autor fue premiado y alabado por esta trilogía a principios de siglo, y a lo largo de los años ha ido desarrollando su mundo e introduciendo en otras novelas nuevos lugares y dando protagonismo a algunos personajes secundarios que aparecen en esta trilogía. Pero siempre sin perder el vínculo con ella, formando una gran saga de calidad más que notable. 

Totalmente recomendable. Me encanta leer las escenas de tortura y luego echar miradas felinas a mi humano, mientras sonríe y piensa que lo contemplo con amor.