jueves, 19 de enero de 2023

Otro invierno

 



 Tras un otoño apacible y unas navidades estresantes, como lo son todas la navidades para los gatos caseros, me encuentro de nuevo mirando por la ventana un temporal de invierno. Vuelve la rutina, aunque resulta gratificante observar el espectaculo de la naturaleza cuando no tienes que sufrirlo. Desde esta altura, se ve la ría con tupé de olas y las ramas de los árboles sufriendo histeria colectiva; hay bolsas y cartones que vuelan como gaviotas borrachas... en fin, son días en que notas que el mundo gira.  

Los gatos somos semejantes a dioses, bien lo sabían los egipcios y lo sabe mi humano, que sigue imitando mi vida; el ejemplo a seguir, aunque dificil de conseguir, porque no crean que alcanzar el gozo felino está al alcance de cualquiera. El sentirse feliz con estar simplemente vivo exige duro esfuerzo y concentración constante, sobre todo en los humanos, que vagan por los campos del deseo como ratones silvestres. Pero cualquier bípedo, como le pasa al mío, ya se siente confortado con alcanzar un atisbo de esa placidez que yo disfruto diariamente. Es así de humilde. 

Ya lo manifestaba Montaigne, noble prudente y tranquilo, ensayista a ratos y muy francés en su gusto por los guantes perfumados, que la principal ocupación de su vida consistía en pasarla lo mejor posible. Lean sus ensayos, que destilan sabiduría.

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