jueves, 6 de noviembre de 2025

Existencia en bucle

 

   



  Anda mi humano muy deprimido en su ego. Resulta que su orgullo de especie dominante y central del universo se ha resquebrajado todavía un poco más. 

 Ya en los dos últimos siglos, los humanos han pasado de soñar que habitan el centro del cosmos a darse cuenta que viven en un mota de polvo, en una esquina de una galaxia mediocre, y de ser la especie elegida por la divinidad a ser la evolución natural de un mono bastante macarra. Desde luego, es para echarse a llorar.

Pero es que ahora, encima, el mismo universo ha pasado de ser el Todo Unico a quedarse en solo un vómito revuelto de un agujero negro. No lo dice mi mente felina, sino unos astrofísicos que se preguntaron adónde va lo que tragan los agujeros del espacio y han concluido que es probable que a formar otro universo nuevo, en un chorrazo que se expande. 

Así que cada agujero negro, gargantúa cósmico, no es más que un hacedor de realidades a chorro, como la nuestra, una entre muchas, en un multiverso conectado por los agujeros de marras, que son lo más parecido a un Olimpo de dioses revoltosos. Pero dioses oscuros, terribles y, lo peor, indiferentes a tus problemas cotidianos.

Pero la insignificancia no cesa. Existe otra teoría que nos propone que, en los agujeros negros, se retuerce tanto el espacio-tiempo que se pueden originar bucles de tiempo. En los cuales todo se repite eternamente, una y otra vez, de principio a fin y vuelta a empezar. Bucles que pueden ser de miles de millones de años y del tamaño de nuestro universo, o eso le parecería a uno de sus habitantes.

Imaginen entonces, que nuestro universo puede estar surgiendo en un Big Bang, expandiéndose sin cesar durante eones, hasta que vuelve a concentrarse en un Big Crunch, para luego volver a surgir de nuevo... y nosotros dentro, naciendo, creciendo y resucitando en bucle, para vivir la misma existencia una y otra vez, cometiendo los mismos errores y aciertos. 

Y yo, que es lo único que me importa, comiendo latas de atún ad infinitum.

¿A qué es maravilloso?




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